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Siempre me ha gustado viajar, conocer nuevas culturas y enfrentarme a nuevos escenarios, por lo que cuando conocí el
lanzamiento del proyecto de movilidad internacional de Aqualia, me inscribí pues llevaba tiempo esperando una oportunidad
parecida.

Mi experiencia internacional comenzó allá por 2009, y tras tres años en Argelia, los cuatro últimos he trabajado en la zona
de los Balcanes.

Cuando emprendes una expatriación de este estilo puedes encontrarte barreras en un primer momento, en mi caso la principal
fue el idioma dado que, a pesar de que con el inglés y el francés he podido desempeñar mi trabajo, desconocía el idioma de
origen de los países donde he trabajado. Además, las primeras semanas comparas las experiencias que estás viviendo con la
vida en España, pero a medida que te habitúas al país practicas aquello de “donde fueres, haz lo que vieres”. Cada país es
diferente, y adaptarse a una misma situación en distintos países te hace crecer personal y profesionalmente.

Considero que una experiencia internacional de este estilo es una buena oportunidad laboral para progresar y me encantaría
poder seguir viviéndola. Cada región que visito conserva su identidad nacional, lo que te enriquece dándote a conocer
diferentes modos de pensar, vivir y de enfrentarse al día a día. Eso te hace ser más flexible a la hora de enfrentarte a las
situaciones que se te plantean, adquiriendo nuevos conocimientos en múltiples ámbitos profesionales. Además, en la
actualidad, debido a las nuevas tecnologías estamos conectados con nuestra familia y amigos en cada momento, por lo que
no nos sentimos tan aislados.

Sin duda alguna recomiendo a otras personas que vivan esta experiencia internacional, dado que además de crecer personal
y profesionalmente, cuando vuelves a España, en mi caso de vacaciones, aprecias mucho más ciertas cosas a las que antes
ni prestabas atención.

                                                                                                   Juan José Jiménez Díaz
                                                                                        Jefe de administración de Balcanes

                                                                                                      7 años fuera de España

Mi experiencia internacional comenzó cuando la empresa me ofreció el cargo de Country Manager de Italia.

Después de 19 años de carrera en distintas empresas del Grupo en España, una propuesta de este estilo significa volver a
empezar, pero quien me lo pidió y el equipo con el que iba a trabajar, me hicieron decidirme. Si la casa te necesita, hay que estar.

Por suerte no he tenido grandes barreras para adaptarme, el italiano es muy similar al español, por lo que con poco esfuerzo
es fácil progresar.

Asimismo, el carácter siciliano y el andaluz son un poco parecidos, lo que ha facilitado considerablemente mi adaptación. Se
trata de un sacrificio familiar y personal, además de un riesgo laboral, pero normalmente te hace crecer como profesional
y así es reconocido por las compañías.

A pesar de que en un futuro espero volver a España para seguir aportando a la compañía lo mejor como profesional, en la
actualidad solo me planteo el día a día de la importante tarea que tenemos encomendada.

Considero que una experiencia internacional de este tipo es una oportunidad laboral apasionante, llena de retos por superar,
por lo que animo a otros compañeros a probarlo.

          Antonio Gavira
  Country Manager Italia
6 meses fuera de España

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